Hace un par de días, me topé con un video, un extracto de un pódcast de esos que inundan las redes. En él, aparecía un hombre, que tras un momento de búsqueda pude encontrar, ese hombre es Juan Manuel García, ¿no te suena el nombre? Es normal, según su Linkedin es "Guardia Civil. Negociador de Incidentes críticos y analista del comportamiento".
Navarro sostiene que las cejas, al ser músculos altamente expresivos, revelan una amplia gama de emociones y estados mentales que a menudo escapan a nuestra conciencia. Todos entendemos que un ligero levantamiento de las cejas puede indicar sorpresa o interés, mientras que una fruncida sugiere confusión o desaprobación.
Pero lo interesante de esto, es que, como profesional cercano a presos, nos cuenta que cuando hay un nuevo interno, lo primero que se hace es buscar un gesto específico en las cejas. Una bajada muy brusca, Navarro la asimila a "como puede verse en un niño muy derrotado", eso asegura, que significa debilidad e inseguridad y es de lo que se alimentan los depredadores sociales y psicópatas. Si te fijas en las cejas de una persona, podrás descubrir su fortaleza mental.
No es todo malo en las cejas, Navarro iguala el "brillo de los ojos" a un arqueo de cejas. Defiende que es un indicador de sorpresa agradable y que se usa para enfatizar y mostrar más intensidad. "Es muy común ver a la gente diciendo: «¡Vaya!», al tiempo que arquea las cejas con los ojos brillantes. Ésta es una muestra positiva muy sincera." Asegura el autor.
En definitiva, al prestar atención a las cejas, no solo mejoramos nuestras interacciones sociales, sino que también desarrollamos una mayor empatía y comprensión hacia los demás o incluso un control. Un gran poder conlleva una gran responsabilidad, que se dice en estos casos. Quizá haya más entradas sobre este libro, el lenguaje no verbal desde la perspectiva de un interrogador es de lo más interesante.
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