Este experimento fue realizado por el psicólogo Philip Zimbardo. El objetivo del experimento era investigar el efecto psicológico en la percepción del poder.
Dividieron a los participantes (quienes
pagaron) en dos grupos. Les asignaron de manera totalmente aleatoria el papel
de prisionero o de guardia y fueron a un ambiente bastante parecido al de una cárcel.
Zimbardo advirtió a los guardias q no podrían usar la violencia física pero que
en el momento en el que un prisionero se escapara se acabaría el experimento.
Los prisioneros fueron enviados a
la cárcel con los ojos cerrados para desubicarlos y posteriormente los
cambiaron y les pusieron la ropa de preso.
Lo que pasó a continuación fue
algo que nadie se imaginaba: los guardias llegaron a implementar medidas muy
bestias hasta tal punto de torturar a los presos psicológicamente. En ese
momento varios presos mostraron signos de angustia. El propio Zimbardo adoptó
el rol de director en la cárcel y ordenó que continuara el abuso, en este
momento ya había perdido un poco la perspectiva del experimento.
Finalmente, dos prisioneros
acabaron abandonando el experimento. Este estaba programado para que durara dos
semanas, pero debido a la brutalidad del mismo, solo duró 6 días.
Este estudio lo que expuso fue
como el comportamiento humano se puede ver tan condicionado dependiendo del
sistema o la situación bajo la que se esté sometido.
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